Aunque no tenga ni por asomo el reconocimiento que tienen Bioy, Silvina Ocampo o Cortázar como cuentistas, los textos de Bonomini son igual de fantásticos. Neofantásticos, ajustándonos a la definición de Calvino: aquellos cuentos que hacen un «uso intelectual (no emocional) de lo fantástico (…) como meditación sobre los fantasmas o los deseos ocultos del hombre contemporáneo». El doble, los fantasmas, los juegos metafísicos y las ciudades imaginarias son algunos de los temas y lugares que recorren las 87 piezas que componen sus seis libros de cuentos, reunidos en Todos Parecían Soñar.
... leer más
LEER MENOS