Estas son las cartas de un hombre ya viejo que se tomaba el trabajo de escribir a máquina o a mano, ir hasta el correo, enviar un libro o una revista a otro país y que, además, se ocupaba de recordar exactamente a quién le estaba hablando -no me refiero a mi nombre o al trabajo que nos unía-, sino a los acontecimientos de una vida ajena, que para él seguramente sucedían en otro mundo . Un anciano memorioso y detallista que sabía tratar a los lkectores que nos acercábamos a él con el mismo cuidado que dedicaba a sus versos.
Javier Cófreces
... leer más
LEER MENOS