Paulo Leminski era un cachorro louco o un bandido que sabía latín, así le gustaba definirse a uno de los poetas más reconocidos de Brasil. Mezcla de erudición absoluta y malandro marginal, atravesó la vida cultural brasileña de la segunda mitad del siglo XX como un bólido y derramó sobre sus lectores poesías, novelas, cuentos y ensayos. Su trayectoria lo mantuvo cercano a los poetas concretos, como Haroldo de Campos y Augusto de Campos, pero no fue un simple epígono, sino un creador de nuevas formas y entonaciones a partir de la máxima concreta de un lenguaje riguroso.
Publicados originalmente en revistas y diarios, estos textos de Leminski exhiben con claridad muchas de las ideas con las que intervino en los debates literarios. Su crítica a la noción ingenua de evolución como criterio para definir la novedad de una obra literaria, central para las discusiones en relación con el concretismo; la tensa relación entre forma y pasión; el lugar social de la poesía, a la que definirá como un inutensilio; o el rescate incesante de una tradición literaria y artística cosmopolita y experimental.
Los ensayos compilados en este libro constituyen una excelente oportunidad para seguir los meandros de una inteligencia aguda y combinatoria, capaz de establecer insólitos montajes, con un oído puesto en la tradición y otro en la contemporaneidad. Leminski nos pasea por Adorno y por Oswald de Andrade, por Jorge Mautner y los monjes budistas, por el haiku y el ready made.
Mario Cámara
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